Benjamin Gaumard inicia su formación y producción vinculado a la madera con formación en ebanistería y posteriormente en dibujo.

Trabajó durante siete años como asistente del diseñador Kenzo y durante esta etapa cuando entra en contacto con la cultura japonesa. A partir de varios viajes y conversaciones con el diseñador llega a conocer la técnica del origami por la que siente absoluta fascinación y comienza a especializarse y trabajar en ello.

A parte de una clara influencia de la cultura japonesa, las obras de Benjamin se ven influencias por un viaje que realizó en globo estático por los templos de Burma en el que quedó impresionado por el efecto de las sombras de los edificios.

Por ello, sombras, luz y la delicadeza de la técnica milenaria son las características de sus Murmurations.

En sus obras, trabaja con composiciones de pequeños pájaros de origami resinado sobre madera. El resultado es una pieza que juega con las luces y sombras que revelan en la madera la esencia de la obra.